
Recuerdo aquellos días en los que éramos libres, ahora son
una pieza del palacio de mi memoria. Recuerdo con una sonrisa aquellos bolos que disfrutamos, cuando
la música no era una actividad de riesgo y la vida sonaba muchísimo mejor. Recuerdo con cariño los besos y abrazos que nos dábamos, quien iba a pensar que por motivos sanitarios se transformarian en fríos codazos. Recuerdo cuando nos reuníamos a disfrutar de una comida, de la bebida o de nuestra compañía con el simple objetivo de pasar el rato. Recuerdo días en los no se hablaba de infectados, días mejores,
añoranzas del pasado y aquí sigo, a día de hoy, esperando que todo pase, con el
bozal puesto, mis derechos mermados y el bicho descontrolado.
Carlos Flores Muñoz.
