Desde mi ventana observo una sociedad que se desgrana. Sin mayor interés que pagar el recibo del siguiente mes. Trabajamos en lo que podemos renunciando para ellos a los principios que poseemos. Danzamos en un baile que nunca termina en busca de la siguiente esquina y tras esa, llego la siguiente.
Esperando un día diferente. Uno de esos en los que no dejas de encontrarte con gente. Todos con prisas, seguramente tendrán algún asunto urgente. Cuando menos lo esperas. alguien enfrente. Su mano se posa sobre mi hombro. ¿Alguien coherente?
Hoy amaneció, el sol resplandeció y nada cambio. Anhelamos aquellas comodidades de las que carecemos mientras dejamos de disfrutar lo que poseemos. Olvidamos lo principal. Somos lo que somos y aquí estamos. Padecer o disfrutar con ello. Eso depende del lobo al que alimentamos.
Carlos Flores Muñoz
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