Mi
mano emergió de la tierra, apartándola mientras me incorporaba. Mis ojos desorientados
vuelven a ver la luz después de algunos días bajo tierra. Mis recuerdos se
aglutinan dentro de mi cabeza sin llegar a concretarse. Todo es una nube, hace
varios días algo cambio mi vida para siempre y no logro recordarlo. Camino por
las calles, habituándome a mi nueva condición. Amanece y el contacto con la luz
del sol me lastima. Procuro evitarlo escondiéndome entre las sombras.
Aletargado y hambriento me introduzco en una obra vacía, durmiendo hasta que
anochece. La sed constante me despierta, es una sensación constante que no
cesara hasta que me alimente con la sangre de los vivos.
Todo
comenzó aquella noche. Mis recuerdos regresan aportándome algo de luz. Salí
de casa dispuesto a divertirme. Es sábado, la noche es joven y los bares permanecerán
abiertos hasta tarde. Recorrí las calles con algunos colegas, emborrachando las
penas. Entramos en un bar, un garito nuevo. La música nos agradó y decidimos
quedarnos, Heavy metal y cerveza. Una oferta que no estábamos dispuestos a
rechazar. Tomamos asiento y pedimos una ronda.
La
camarera, una chica pelirroja, de carácter agradable y algo pálida nos la
sirvió. Comenzamos a charlar y los minutos se transformaron en horas. La
cogorza que agarramos fue de dimensiones considerables. Sin pretenderlo, salió
el sol y ella nos obligó a marcharnos. La invite a venir a casa, después del
cierre, rechazo mi oferta guiñándome el ojo.
-
Otra noche guapo. Estoy muy cansada.
Mi vida
continua, aburrido de clases y trabajo, regresé al bar en cuanto tuve un rato
libre. Ella atendía las mesas ocupada con sus labores y no me hizo ni caso.
Tome asiento y espere mi turno. Ella me reconoció instantáneamente y se aproximó
a mi mesa nada más verme. Su mano se posó sobre mi hombro, susurrando unas
palabras en mis oídos. Necio de mí, dejé las copas y me dirigí a la parte
trasera del bar siguiendo sus indicaciones. Ese
fue el primero de mis errores. Ella me esperaba allí. Seductora
como ninguna dispuesta a llevarse lo mejor de mí.
Abrazo
mi cuerpo frotándolo con sus manos, calentándome y poniéndomela muy dura. Poco
después ella descendió y me bajo los pantalones sacándome la polla y observándola
con ganas. Comenzó a chupármela, sus labios subían y bajaban mientras se la
tragaba entera, tan caliente estaba que me deje llevar por el momento, cerré
los ojos y eyacule en su cara. Ella se rio mientras su rostro cambiaba
mostrándome sus afilados colmillos. Con restos de semen en su rostro, se movió
a velocidad sobrehumana, colocándose tras de mí, dispuesta a clavármelos.
Inmediatamente sentí dos punzadas en mi cuello, frías y dolorosas. Abrí los
ojos para verla aferrarse a mi cuerpo, impidiéndome moverme, mientras se
alimentaba con mi sangre. Quien me diría que algún día conocería a una
vampiresa. Perdí las fuerzas inevitablemente, poco después sentí un líquido
gotear sobre mis labios e introducirse en mi boca, su sabor salado no me
agrado. Todo se desvaneció minutos después.
Así
comenzó todo, ahora lo recuerdo. Soy un vampiro. Una criatura de la noche. Mi creadora me
abandono y estoy dispuesto a encontrarla. Necesito respuestas. Esta sed
constante no termina. Por más sangre que bebo, siempre regresa. La vida eterna
no es tan bella como la relatan. Mis colmillos y mi tez pálida delatan en lo
que me transformo, una bestia carente de vida, que camina por las noches
buscando la sangre de los vivos.
Nunca
podre perdonarle que me arrebatase mi humanidad, o gran parte de ello. Dentro
de mí, cada día que pasa la lucha prosigue. La bestia vampírica que reside en mí,
intenta dominar a mi parte humana. Intento imponer un criterio a mi modus
operandi. Seleccionar de algún modo quien merece mi castigo. Nadie lo merece,
más las ratas que encuentro no logran saciar mi sed y alimentarme con sangre humana no es una de mis prioridades. La batalla ha comenzado y
ni yo mismo se cuándo finalizara.
-
¿Tal vez las leyendas sobre beber sangre de una virgen sean ciertas?
-
¿Tal vez la sangre de un antiguo será la solución?
-
¿Tal vez la sangre de un lupino logre saciarme?
-
¿Tal vez mi futuro es incierto?
Y
pasan las noches, y mi búsqueda continua, nada cambia en esta lucha eterna, en
un mundo de tinieblas donde nunca nada será lo mismo.
Carlos Flores Muñoz.

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